Lecciones sobre relaciones que aprendí de mis fracasos sentimentales

Las relaciones de pareja son complejas. No todo son éxitos. Aquí relato algunas de las lecciones que he aprendido de mis rupturas sentimentales

Lecciones sobre relaciones que aprendí de mis fracasos sentimentales
Photo by Everton Vila / Unsplash

Las relaciones de pareja son complejas. En nuestra juventud carecemos de la experiencia necesaria para hacer que una relación prospere adecuadamente. Por ello, la mayoría de amores de adolescencia acaban en fracaso. Conforme vamos creciendo y madurando, extraemos valiosas lecciones de los errores cometidos y corrigiendo nuestro comportamiento para conseguir que los próximos contactos sean más duraderos y fructíferos.

En mi vida he tenido la suerte de tener vínculos afectivos con varias personas. He querido mucho y me he sentido querido. Aún así, he vivido numerosos fracasos. Cada uno de ello acompañado de valiosos aprendizajes que aplicar en los siguientes.

Estas son algunas de las lecciones que he extraído de mi paso por distintas relaciones.

  1. No tengas miedo a mostrar tus sentimientos
    Recuerdo mi primer enamoramiento como si fuera ayer. Los nervios antes del primer beso y la emoción con los siguientes. Fue una relación relativamente corta, de apenas unos meses, con una compañera de clase. Estaba muy "pillado". Y, sin embargo, nunca manifesté mis sentimientos a la otra persona. Durante un periodo vacacional en el que estuvimos separados, ella conoció a otro chico y al tiempo empezaron a salir. No la culpo, no éramos nada. Pero siempre me quedará la duda de qué habría pasado si hubiera manifestado lo que sentía.
  2. A veces, el amor no es suficiente
    La primera vez que escuché esta frase fue de una compañera de la academia de inglés que lo había dejado con su pareja tras bastantes años de relación. En su momento no lo entendí, me costó varios años hacerlo. Fue en mi primera relación larga. De nuevo, con otra compañera, en esta ocasión de la universidad. Empezamos siendo compañeros de clase, continuamos con una bonita amistad y todo desembocó en una relación muy pasional. Llevábamos alrededor de un año y medio saliendo y discutíamos mucho. Sinceramente, no recuerdo los motivos, pero sí que las broncas eran un constante en la relación. Ella tomo la decisión de romper convencida de que sería lo mejor para ambos. Estoy convencido de que no fue una decisión fácil, nos queríamos mucho. Pero, en ocasiones, eso no es suficiente.
  3. Dejar ir es una muestra de valentía
    Cuando se acabó la relación que comentaba en el punto anterior, seguía pensando que lo más valiente es seguir luchando. Sin embargo, años después me encontré en esa misma situación, pero estando yo en el otro lado. En este caso no era por discusiones diarias, pero no veía futuro a la relación en la que estaba y tras mucho meditar decidí que lo mejor era cortar por lo sano. Me costó mucho tomar esta decisión. La incertidumbre de qué sería de mí a partir de ahí, de si sería la decisión correcta, el dolor de separarte de alguien a quien quieres cerca. Puedo decir que no fue nada fácil. De hecho, me hizo valorar lo que mi expareja había hecho en su momento. Entendí que romper la relación no había sido una muestra de cobardía por no seguir luchando, sino una muestra de valentía, por dejar ir a alguien que quieres por un bien mayor para ambos.

Estas son tres grandes lecciones que aprendí de algunos de mis fracasos amorosos. Hay muchas más lecciones que he aprendido para hacer que una relación funcione mejor y que comentaré en un futuro.

Y tú, ¿qué has aprendido de tus rupturas?